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Un grupo de presión, también conocido como grupo de cabildeo[1] o lobby (proveniente del inglés: ‘vestíbulo’, ‘salón de espera’),[2] es un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir ante la administración pública para promover decisiones favorables a los intereses de ese sector concreto de la sociedad. Las primeras utilizaciones políticas de este término son del siglo XIX. Se refiere a una organización de personas que, aparte de buscar incidir en las decisiones políticas (como lo hace un grupo de interés), busca el logro de sus intereses, intentando influir por los medios posibles en la opinión pública y su toma de decisiones. Cuando esta adopta la ideología de uno de estos grupos, inevitablemente la difunde a gran escala. Los grupos de presión inciden en la clase política posicionando a su favor, dado que es esta quien decide la conducción social.
La manera de dominar a las masas parte de la demostración de los beneficios de adoptar sus ideas, aunque a veces estas solo benefician al grupo de presión. Sin embargo, estos grupos también pueden presentar beneficios reales para las masas y no solamente para el mismo grupo que ejerce la presión. Badia (1977), que expresa una postura en contra de estos grupos, dice que si no encuentren los cauces adecuados de participación social y política para hacer valer sus intereses o causas, se verán obligados a influir directamente sobre las instituciones del Estado para salvar sus propios fines, o indirectamente, sobre la opinión pública. Además, afirma que "Los grupos de presión no pretenden conquistar el poder, sino influirlo en pro de sus fines particulares. Son grupos sectoriales y no tienen una visión de conjunto, sino parcial de los problemas de la sociedad" (Badia, 1977:11).
Ya en 1830, el vocablo lobby designaba los pasillos de la Cámara de los Comunes británica donde los grupos de cabilderos, podían venir a discutir con los miembros del Parlamento. También durante la guerra de Secesión estadounidense el general Grant, después del incendio de la Casa Blanca se instaló en el bajo lobby de un hotel, que pronto se llenó de cabilderos. En principio, la actividad del lobby (denominada en inglés: Government Relations o GR) es legal, y lleva ante el poder político las opiniones e intereses de los implicados en las decisiones de los poderes públicos[3] y, en los últimos años se han hecho avances en su regulación, lo que para muchos autores[4] implica contribuir a su transparencia y normalización. En español se ha usado la palabra «cabildear» (inglés to lobby) para describir la actividad de los grupos de cabildeo y «cabildero» a la persona que realiza dicha actividad.
La actividad de los grupos de presión tiene un vasto historial en Estados Unidos, donde su práctica ha sido entendida como una colaboración necesaria entre la sociedad y los poderes públicos para el ejercicio eficaz de la política. Se atribuye al presidente Kennedy la frase:
Por otro lado, Dwight Eisenhower, presidente de Estados Unidos, dijo hablando del lobby militar-industrial en su discurso del 17 de enero de 1961:
En la Unión Europea los lobbies están regulados a través de un registro público que fue inaugurado en junio de 2008[6] con el fin de incrementar la transparencia de su funcionamiento.
Aunque es cierto que han aparecido a lo largo de los años varios escándalos que se asociaron al cabildeo de los lobbies, su regulación permite establecer ciertas garantías a la hora de interceptar las malas prácticas. Hoy en día se habla cada vez más del poder en ciertos grupos de influencia en el gobierno. Incluso se utiliza el término lobbycracia para referirse a la influencia que ejercen los conglomerados y grupos de interés en la política de centros de decisión como Washington o Bruselas.[cita requerida] En Estados Unidos es, quizás, donde este fenómeno ha llamado más la atención, particularmente a raíz del escándalo de corrupción política relacionado con las actividades del cabildero Jack Abramoff en el Congreso estadounidense. Abramoff fue condenado a prisión por haber participado en el soborno de diversos legisladores. Otro de los escándalos más famosos fue el de Randy «Duke» Cunningham, congresista que recibió fuertes sobornos por parte de contratistas militares.[cita requerida]
El cabildeo es una actividad de la esfera pública cuya práctica es cada vez más recurrente en las democracias modernas, pues se reconoce a la acción de cabildear como una forma profesional de ejercer la libre participación política para incidir en el proceso de toma de decisiones de los actores e instituciones políticas de un país, sin cometer tráfico de influencias .[cita requerida]